Durante el mes de diciembre del 2020, el Gobierno de La Rioja, a través del Ministerio de Turismo y Culturas y la Secretaría de Culturas, realizó una convocatoria abierta para participar de la 2da Edición de la Feria de la Danza “Expresión de identidades”.
La Feria de la Danza está pensada como un espacio de participación y encuentro, donde la capacitación y promoción de la danza en todas sus expresiones es el objetivo. Trabajadores y trabajadoras independientes, colectivos, organizaciones y agrupaciones del ámbito de la danza riojana participan de los diferentes encuentros y actividades. Una de las convocatorias de esta Feria fue “Producciones Escritas”, la cual apuntaba a reconocer la escritura circunscrita al campo de la danza, considerando diversas naturalezas de presentación como: poética ensayística, investigación en artes, investigación creación, investigación poética, poesía visual, crítica, comunicación y afines.
El jurado a cargo de la evaluación de las obras presentadas estuvo compuesto por Miriam Corzi, Nicolás Vera y Bruno Van Assche.
Durante el mes de marzo y abril compartiremos estas producciones, en esta oportunidad tendremos el agrado de leer “Danza y moda: una mirada impuesta y expuesta de la imagen del cuerpo”, por Luna Flavia Ivanna, Campillay Cinthya Belén y Arce Micaela.
“Danza y moda: una mirada impuesta y expuesta de la imagen del cuerpo”, por Luna Flavia Ivanna, Campillay Cinthya Belén y Arce Micaela.
“La moda manifiesta una tensión entre conformidad y la diferenciación, expresa los deseos contradictorios de encajar y destacar. La moda es la imitación de un ejemplo y satisface la demanda de adaptación social”.
Simmel.
Este trabajo de investigación nació a partir de preguntas sobre ¿Qué vínculos surgen en la relación a la danza y la moda?, ¿La imagen del cuerpo es resultado de la imposición/ exposición de un cuerpo vestido?, ¿De qué manera la moda influye como objeto de consumo en las diversas corporeidades y por ende en su comportamiento?, ¿La moda modifica los cuerpos en los intérpretes?
En este proceso de investigación surgieron cuestionamientos que nos permitieron acercarnos a nociones y conceptos diversos como diversidad, etiqueta, imagen, estilos, identidades, consumo, estereotipos, entre otros que fueron explorados.
A partir de este planteamiento integrador de los dos campos surgieron interrogantes sobre los vínculos entre danza, vestuario y la conformación de la imagen del cuerpo que a su vez se relaciona con el comportamiento social que surge en esta época actual. La moda se instala desde el lugar de “modificadora externa del cuerpo humano” perfila estereotipos, modelos y posicionamientos de identificación de un cuerpo que es rediseñado constantemente. Esta mirada de condicionamiento de la moda también es vista desde la técnica clásica y contemporánea que sostienen modelos de vestir que son acordes a las necesidades que presenta.
La danza y la moda se retroalimentan desde la concepción de cuerpo expuesto y refuerzan la imagen externa e interna que atiende al ser humano. Por tanto, de forma constante los cuerpos se rediseñan y modifican dando lugar a nuevas formas de expresión corporal. Esto condiciona y limita el movimiento, las formas comprenden diversas longitudes, tamaños y líneas. El cuerpo se viste y desviste, mostrando su naturaleza humana que muchas veces es revestida por accesorios y vestuarios que lo condicionan. En este punto, la imagen se fragmenta y se amplía ejerciendo diversas miradas en torno al cuerpo.
La moda comparte con la danza el objeto que es el cuerpo, siendo su estructura el molde que determina los diseños de sus vestuarios. Asimismo, consideramos que ésta se desarrolla en sociedades donde la imagen y el consumo influyen de forma directa en la construcción de identidades.
La moda representa un lenguaje de signos que comunica de forma no verbal, donde cada signo tiene un sentido y un significado en función del escenario del cual forma parte. Tanto la moda, como los cuerpos que se disponen, son construcciones sociales que responden a modelos claramente identificados de un lugar determinado, que representan la necesidad de aceptación social, sexual e incluso laboral, respectivas al sector que lo adopte.
Los cuerpos en general, pero sobre todo los cuerpos de los bailarines en acción, son algo más que un cuerpo, cuando se mezclan entran o salen dentro de otro cuerpo, cuando un cuerpo sostiene a otro, o cuando lo esquiva, o lo enfrenta. Los cuerpos de los bailarines, mediante la piel, comprenden las sensaciones y emociones que se producen a partir del movimiento, eliminando las fronteras entre quienes se tocan. En este sentido concebimos que ambos campos refuerzan el sentido expresivo que constituye al ser humano desde el cuerpo, considerando que la danza es movimiento, sin duda el vestuario es importante, en tanto que poseer un vestuario adecuado limita los movimientos o pueden afectar la movilidad de las personas, y en determinadas ocasiones obstaculizan las posibilidades expresivas de los bailarines.
Consideramos que ambos campos se potencian mutuamente reafirmando la expresión que los cuerpos muestran desde la construcción de diversas narrativas. La danza y la moda siempre han tenido una estrecha relación, siendo inspiración mutua. En la actualidad, la moda se instala desde diversas perspectivas, se observan prendas voluminosas y rígidas, confeccionadas con materiales poco convencionales como madera, vidrio, plástico, papel, entre otros, que modifican los cuerpos de los bailarines creando nuevos universos en el campo del arte.
La relación entre la danza y la moda continúa hasta nuestros días. Son muchos los diseñadores que se inspiraron en el vestuario de los ballets o que lo produjeron. La mirada expuesta sobre el cuerpo, comprendido desde la apropiación de sus límites y extremos, se hace presente en la diseñadora contemporánea Rei Kawakubo, quien es reconocida por sus diseños vanguardistas y su espíritu rebelde, diseña formas puramente abstractas que son totalmente independientes del cuerpo humano.
Tanto la danza como la industria de la moda se encuentran siempre en una continua evolución por eso reconocemos que mientras ambas existan, el lugar de la expresión del cuerpo siempre se sostendrá. Es posible afirmar que la danza y la moda se aproximan desde el lugar que ocupa el cuerpo en ambos procesos creativos, buscan movilizar al espectador exponiendo el cuerpo desde el lugar de creación y modificación constante. La danza parte del interior, y la moda desde el exterior enalteciendo la superficie que lo recubre. Además, hay una estrecha relación entre la moda, el cuerpo y el movimiento artístico y el cubismo.
Resumen:
La moda te impone, te recarga, tratando de secuenciar o uniformar a todos los cuerpos por igual, donde debajo de todo eso que trae el cuerpo, se esconde una historia con una singularidad que lo hace hacer único, diferente al otro. El ser humano como persona, con sus emociones, sentimientos, gustos, busca que él mismo se despoje de toda esa recarga de ropa que tiene encima y que la moda le está imponiendo, dándole pie a su propia esencia, su propia identidad.
Esa identidad juega con lo visual, con la imagen del cuerpo, en el cual la moda y la danza, ambos campos, se encuentran en un punto fijo que es el cuerpo, que es su herramienta principal, donde la moda necesita de la danza y la danza de la moda para complementarse. Los papeles que juega la moda es embellecer y modificar el cuerpo exteriormente, mientras que la danza lo hace interno, por lo que la imagen todo el tiempo está presente en estos campos, donde se impone y expone al cuerpo.
Luna Flavia Ivanna, Campillay Cinthya Belén y Arce Micaela.