Manuel Belgrano: honestidad, transparencia y compromiso

Si bien la creación de nuestro mayor símbolo patrio data del 27 de febrero de 1812, cada 20 de junio celebramos el Día de la Bandera honrando a su creador, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, fallecido a sus 50 años el 20 de junio de 1820.

Este año, al cumplirse 250 años de su nacimiento y 200 de su muerte, se determinó mediante decreto nacional al año 2020 como el “Año del General Manuel Belgrano”, destacando su importante figura en las luchas por la emancipación sudamericana.

“Honestidad”, “transparencia” y “compromiso” son algunas de las palabras que nuestros entrevistados utilizaron para describir al General Manuel Belgrano.

Víctor Robledo, oriundo de Aimogasta, escritor, profesor de historia y formación ética, recalca que Manuel Belgrano fue mucho más que el creador de nuestro símbolo patrio, “sin dudas fue uno de los grandes hombres que parió la Revolución de mayo, y uno de los dirigentes más claros en cuanto a la decisión política de independizarnos de forma definitiva de España”.

En sintonía con Robledo, la historiadora riojana, Alicia Corominas, sostiene que “es verdad que fue quien creó nuestra bandera, pero éste es sólo uno de los tantos hechos que lo glorifican, porque Manuel Belgrano estaba dotado de innumerables virtudes y las usó para crecer en capacidad y hombría del bien”.

Abogado, periodista y economista, los triunfos más importantes en territorio argentino fueron llevados a cabo por Manuel Belgrano. Nacido en Buenos Aires, estudio derecho en España, lugar del cual tuvo que regresar a causa de un conflicto familiar; Robledo piensa que de no haber regresado de allí, tal vez no hubiera sido el Belgrano que realmente fue; además de tener un papel destacado como uno de los principales patriotas de la Revolución de Mayo, luchó en la guerra de Independencia Argentina contra los ejércitos realistas, fue jefe de una de las Expediciones Libertadoras a la Banda Oriental, y como general del Ejercito del Norte dirigió el Éxodo jujeño, por mencionar algunas de sus actuaciones.

Así mismo, se mostró como una persona con propuestas revolucionadas, que Corominas afirma “estaban inspiradas en su profunda sensibilidad social”. El fomento a las artesanías y las industrias, la agricultura, el comercio, la protección del mercado interno y la reforma agraria basada en la expropiación de las tierras que no producían para distribuirlas entre los conciudadanos indigentes, fueron algunas de las tantas propuestas que nunca le fueron escuchadas o respondidas.

En 1812 lo envían a las costas del rio Paraná con la misión de impedir que las naves españolas invadan la zona y ataquen al Gobierno Revolucionario. No tenían identificación, si bien el triunvirato ya había creado la escarapela, el 27 de febrero de 1812 toma esos colores para crear la bandera, un modo de identificación para su tropa.

Víctor Robledo apunta a que “si bien no murió en batalla, si entregó su vida”. Manuel Belgrano falleció de paludismo, pobre, solo y sin recursos. Robledo nos cuenta que “se despojó de su único objeto personal, su reloj de oro” entregándoselo a su médico personal a modo de pago por sus servicios, el cual después fue donado y luego exhibido en el museo histórico nacional, y que hace unos años fue robado.

Una faceta que quisimos destacar de este prócer es la convicción a la propuesta de la igualdad de oportunidades para el hombre y la mujer. La historiadora, Corominas, comenta que “él sabía que la mujer era la formadora de los futuros ciudadanos, pero la veía sometida o pobre, expuesta a la miseria mendigante ¡Quién diría que estemos aún luchando por lo mismo!”.

Habiendo sido un trabajador al servicio del progreso del país, Manuel Belgrano también consideraba la educación como una herramienta esencial para el desarrollo de los pueblos. Alicia cuenta que fue un fuerte impulsor de la educación del pueblo y que por eso se ocupó de crear escuelas, convencido que la educación debía ser estatal, gratuita y obligatoria para todos y todas; y justamente transitando una situación excepcional mundialmente, este año la pandemia del Covid-19 nos obliga a realizar algunos cambios, especialmente en el ámbito escolar, entre aulas virtuales y tareas por WhatsApp.

Víctor Robledo reflexiona cuáles son los legados fundamentales que dejó Belgrano, siendo los más importantes para él la educación, la capacitación y el impulso por mejorar. “Por eso los jóvenes tienen que usar todas las tecnologías para capacitarse”, dice.

Siguiendo esta dirección, sumando la capacidad innata del ser humano de adaptarse a cualquier situación y aprovechando los avances tecnológicos, es que este 20 de junio, como todos los años, alumnos y alumnas de cuarto grado de todo el país harán su promesa de lealtad a la bandera, pero esta vez, de manera virtual.

Tal vez no sea de la manera en que Manuel Belgrano alguna vez haya logrado imaginarlo, pero si con el afán de honrar su compromiso, sus valores y entrega, reconociendo al creador de nuestro símbolo de identidad.

Para finalizar, Alicia destacó “la honestidad, el desprendimiento, la digna humildad, la abnegación y la coherencia entre sus principios y su accionar en la lucha por lograr la libertar y la independencia por su Patria”.

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