Cristina Velasco: “Yo nunca me sentí una cantante, soy más bien una decidora de cosas”

El pasado 7 de junio, la cantora riojana Cristina Velasco cumplió 60 años de trayectoria en la música. Poniendo en valor su aporte, desde la Secretaría de Culturas de la provincia conversamos con ella, una de las notables cantantes riojanas que honran a nuestra provincia. 

La conocemos como Cristina Velasco, pero su nombre es Cristina del Rosario Bolomo. Nos cuenta que su “nombre artístico” lo recibe en el año 1981, de la mano del diario El Independiente. Al ser enviada a la ciudad de Rosario, como representante de nuestra provincia, para el aniversario de la bandera argentina, desde este medio la apodan así en referencia al cordón montañoso, y ella ya lo ha sabido adoptar.

Velasco se autodefine como una persona alegre y positiva, una cantora, una “decidora”. Actualmente reside en Río Ceballos, Córdoba, pero siempre “estuve volviendo a La Rioja, en contacto permanente”, señala. Nació el 1 de junio de 1953, vivió sus primeros años sobre calle Buenos Aires y luego se mudó a Mendoza donde cursó algunos años de la carrera de fonoaudiología.

Hija de Benjamín Bolomo y Rosario Sánchez, es la más chica luego de sus hermanos Benjamín, Luisa, Mirta y Oscar. Pasa sus días junto a su esposo Eduardo Enrique Álamo, “no el Kike Álamo que todos conocen, este es Quique con q”, aclara, entre risas. Tiene dos hijas, una nieta y un nieto, el cual ha sabido seguir sus pasos, aunque ella no haya insistido para que así sea, “no tiene cómo errarle, sus abuelos son músicos, su mamá y su tía son músicas”.

Con mucho cariño, Cristina recuerda a todas sus maestras que tuvo en “la escuela de mi vida”, como la menciona, refiriéndose a la escuela Francisco de Telechea, donde cursó los estudios primarios. En especial tiene presente a Margarita Fernández, la maestra de música, a quien describe como “una diosa tocando el piano, ella me impulsaba a participar de los actos escolares”, cuenta. En la secundaria asistió al Colegio Nacional Nº1 y la escuela Nacional de Comercio.

Luego de su paso por Mendoza, donde continuó cantando y grabando jingles publicitarios, y de vuelta en La Rioja, específicamente en Chilecito, dio clases en la Escuela Municipal de Arte, llegando a ser directora. 

Cristina y la música

Sus comienzos en la música fueron en el patio de su casa, “en unas piedras grandes que hacían de escenario, debajo de una higuera enorme”, cantando temas de Lolita Torres, de los TNT y de folklore. Su padre fue su compañero en sus inicios, era quien la acompañaba a Radio LV 14, donde participaba cantando en el programa de los días jueves conducido por Juan Carlos Soria. Al cumplirse 100 emisiones del programa se realizó una fiesta en el Club Riojano, “allí participé, con mis 8 años, y me pagaron por primera vez; entonces tomé ese día como el día que inicié a cantar profesionalmente, pero desde los 5 años que ya cantaba”, afirma.

Sobre su padre, aquel que la supo seguir y guiar, recuerda que le pidió que no dejara de cantar nunca, y que aún en sus últimos momentos, le pidió que cantara, y fue así que cuando entonaba “Zambita pa’ don Rosendo” él decidió partir de la mano de ella. 

Cristina tuvo la dicha de poder llevar su música a toda la provincia y a toda Argentina. También nos ha representado en países como Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil. Participó de programas radiales a nivel nacional como en Radio El Mundo, Radio Excelsior, innumerables festivales, programas como Pinky y la noticia y Hoy Mateyko, por enumerar algunos. También menciona haber formado parte del primer grupo musical femenino de La Rioja: “Las Torcacitas”, a los 15 años, siendo las encargadas de participar en la inauguración de la televisión riojana.

Como referentes en la música, desde sus 13 o 14 años, Hernán Figueroa Reyes, Julio César Bazán y Gelacio Albarracín figuran como los más importantes, siendo Juan Carlos Soria, uno de los autores más reconocidos de la cultura riojana, su padrino artístico, del cual tiene muy buenos recuerdos y continúa admirando y cantando sus chayas.

Cristina y su música

“La Velasco” empezó a componer desde muy chica, “componer es también una de mis grandes pasiones, comencé a los 16 años, todo lo que escribo es porque me ha pasado, nada es casual”, dice, y repite que ama La Rioja, “y qué más puedo hacer que cantarle a sus paisajes, a la gente, a lo cotidiano, a la sencillez. Yo nunca me sentí una cantante, soy más bien una decidora de cosas, y Dios me ha dado el don de poder transmitir”. Agrega que también le canta a la calidez de las personas del interior del país, “a mi niñez, a los amigos, a la gente común, a los que demuestran cariño. Yo le canto a la fe profunda pero también al sufrimiento”.

Cristina, cuando canta, da todo de sí, sostiene que cantar es su vida, y que “subirme a cantar a un escenario, a una silla, es todo para mí”. Tiene editados tres casetes y ocho CDs compuestos de chayas, zambas, chacareras, vidalas, todas de su autoría. Recuerda que una vez cantó un tema melódico compuesto por ella, pero solo esa vez, aunque admite que, en la intimidad de su casa, como todos y todas, canta de todo un poco, “me gusta cantar tango, boleros, cantar en italiano”. Con frecuencia escucha a Eric Clapton, BB King, Caetano Veloso, Rubén Blades, y de La Rioja a Gabriel Aredes, Kike Álamo, Flor Castro y a Nelson Scalisi, haciendo hincapié en que también le gusta escuchar a su nieto Agustín, de 7 años, quien la acompañó el año pasado durante su presentación en la noche de su homenaje en el festival de la Chaya 2020.

Con respecto a esa noche nos cuenta que la sensación fue rara, como sin comprender verdaderamente si le estaba pasando a ella. Sintió mucha alegría, “pero me planteaba si realmente me merecía ese homenaje. Me sentí muy bien y con más responsabilidad y compromiso, porque no es una cuestión de un homenaje y nada más, no se puede recibir algo si no se va a tener una continuidad”, reflexionó.

Cristina hoy

Hace ya algunos años se dedica a componer música infantil, teniendo en su haber más de 130 temas folklóricos infantiles, de los cuales el Instituto San Jerónimo de Córdoba ha grabado 15 CDs con sus temas, con niños y niñas del jardín de infantes.

Como cantar es su vida, siempre está cantando y componiendo “para niños y niñas, para grandes, también estoy escribiendo chamamé”. Asegura que su vida sigue siendo igual que siempre, “vivo el día de hoy. Tengo muchos proyectos, pero vivo el ya, el hoy. Todo es breve y vivo cada día feliz”, remarcando su filosofía de vida.

 

Ya con 60 años de trayectoria, Cristina asegura que significan permanencia, perseverancia y muchos momentos malos y buenos. “No me ha sido fácil, por ser mujer y joven”, destaca; y si mira hacia atrás puede ver “puertas que se abren, puertas que se cierran. Posibilidades que pasan por al lado y no las veo. Veo mucha hipocresía y veo gente buena con buenas intenciones. Veo que es un camino que transité sin darme cuenta, me veo chica y pienso en cosas que podría haber hecho distinto, pero solo lo pienso”.

Finalizando con la charla, Cristina desea que haya muchos niños y niñas que le canten a la vida, que sean fieles a sí mismos, y que los padres sepan acompañarlos. “Sea 

el ritmo musical que hayan elegido, deseo que sean perseverantes, con libertad. A las chicas, sobre todo, les digo que no dejen de cantar ¡así seamos más!”, mostrándose sorprendida y alegre con la nueva generación de mujeres músicas, donde todas saben hacer de todo, tocar instrumentos, cantar y más.

“Les digo a todos y todas que tienen que jugársela porque la gente cree que cantar no es un trabajo, y cantar es un trabajo”.

 

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email